«Vivieron como niños y fueron felices.»
NATURALEZA
Aurore es natural de Annemasse. Es hija de profesores y desde su más tierna infancia ha mostrado interés por transmitir conocimientos y por la conservación de la naturaleza. Después de cursar estudios de Ingeniería Biológica y Geológica por toda Francia, sus primeros trabajos la llevaron hasta Nueva Caledonia y el Congo. Gracias a estas experiencias, desarrolló una nueva visión del mundo y una mente abierta a otras culturas.
Muy unida a sus montañas, Aurore regresó a Francia y empezó a trabajar en la Maison du Salève en 2011 como monitora de naturaleza. Como originaria de Annemasse e hija de unos padres que se implicaban en la vida local, ser embajadora del Salève era una elección obvia para ella. Los recuerdos de su adolescencia y de las noches de acampada bajo el cielo estrellado con sus amigos forjaron su vínculo con este monte. A través de su oficio ha encontrado su vocación al compartir sus valores de forma lúdica. Aurore propone al público conocer el patrimonio natural e histórico del Salève mediante la puesta en valor y la protección de esta majestuosa montaña. Las actividades que ofrece están destinadas tanto a los niños, como a las familias y a grupos de adultos. Aurore realiza una labor de concienciación mediante animaciones, exposiciones y conferencias para preservar este valioso macizo.
Maison du Salève
Aurore es una persona que contempla la diversidad de paisajes y la mezcla cultural que la región puede ofrecerle en cualquier época del año. Es una fuente de inspiración en su campo como monitora de naturaleza. Aurore desea que este territorio sea más accesible, tanto a nivel personal como profesional. Por eso, en la Maison du Salève los visitantes se sienten «como en casa», en un ambiente relajado que invita a compartir y a momentos de convivencia.
Aurore nos confiesa que ver a los niños sonreír después de una actividad la motiva y la anima, es como un reconocimiento al trabajo bien hecho de transmitir sus conocimientos para que los visitantes guarden los mejores recuerdos del Salève.