«A más de 1200 metros de altitud, tendrás la impresión de tocar el paraíso con la yema de los dedos…»
EL RESTAURANTE
En la cima del Salève se alza, orgulloso, un restaurante L’Observatoire. Desde la terraza, podrás disfrutar de unas vistas panorámicas de la cuenca de Ginebra y el departamento del Jura y los más observadores llegarán a discernir tímidamente el Mont Blanc. Un lugar apacible que parece detenido en el tiempo.
Cruza las puertas de L’Observatoire y entra en el mundo de Jean-Pierre Tanous y de su equipo.
Decoración vintage y atmósfera acogedora como en casa, con sillones y sofás esperando para ti. El personal de L’Observatoire se preocupa por tu bienestar, así que no dudes en pedir un cóctel y ponte cómodo. ¡100 % casero! Aquí, todo es casero, incluso el dulce que acompaña al café.
El restaurante L’Observatoire se compromete a conocer todos los productos que sirve para garantizar la calidad de su servicio.
La carta varía según las apetencias del chef, ¡que te sorprenderá y deleitará con sus platos de ecléctica inspiración! Es hora de pasar a la mesa, debes de tener hambre, ¿verdad?
El Chef
Hijo de padre libanés y de madre mestiza, nació en 1985 en Costa de Marfil.
En 1991, regresó con sus padres a Alta Saboya, donde creció y estudió a orillas del lago Lemán.
En un primer momento, cursó estudios generales y obtuvo el Bachillerato. Más tarde, entró en el instituto Vatel de Lyon para cursar un máster de dirección hotelera internacional. En su último año, Jean-Pierre tuvo la oportunidad de terminar el máster en Estados Unidos. Se apuntó a una formación en gestión en California, donde pasó cinco años.
Y, quien dice país extranjero, dice cultura diferente. Durante su estancia en Estados Unidos, Jean-Pierre descubrió que no quería quedarse allí. Así pues, regresó a Alta Saboya y encontró trabajo en Ginebra,
pero su forma de concebir la hostelería era diferente de la que tenían los establecimientos donde trabajaba. El sistema era demasiado jerárquico para él y no consiguió establecer un vínculo con ningún establecimiento, por lo que trabajó en varios restaurantes antes de encontrar lo que realmente quería: una persona que le enseñase lo máximo posible y poder comenzar su propia aventura. «Me dijo: Vas a sudar la gota gorda, pero aprenderás muchísimo». Pasó dieciocho meses intensivos en los que reconfiguró el departamento de hostelería al completo.
«Después de un tiempo, ya no tenía miedo y me vi capaz de lanzarme». Dimitió del trabajo y comenzó las pesquisas para encontrar un restaurante. En 2013, decidido, probó suerte con L’Observatoire, un restaurante sin sucesores en la cima del Salève. Poco a poco, Jean-Pierre empezó a construir su sueño con ayuda de su mujer.
Con la intención de avanzar «step by step» en todo momento y de asegurarse de hacer las cosas bien.
Actualmente, acompaña y forma a su personal. «Todo debe cuidarse al detalle», ya sea para conocer el café o para crear los platos del restaurante.
No importa cuánto tiempo lleve, ¡lo que cuenta es el resultado! «Quería hacer patatas fritas caseras: tardé cuatro años en encontrar la receta adecuada.»
Curioso por naturaleza, se entrega al 100 % para dominar nuevas prácticas. Jean-Pierre siempre ha necesitado innovar sus conocimientos. Cuando conoce lo que hace al dedillo, tiene que encontrar algo nuevo que lo motive.
¡Su universo no tiene límites! Siempre busca superarse, estar abierto a los cambios y comprometerse. Y esta misma filosofía de vida es la que reina en su equipo.
Jean-Pierre tiene un objetivo: ¡transformar L’Observatoire en toda una institución!
Buscar superarse a sí mismo, siempre.