En la cima del Monte Salève, l'Observatoire le propone una cocina tradicional, simple y generosa. Como si estuviera en casa de la abuela, venga a relajarse con una buena taza de chocolate caliente.
En la cima del Monte Salève, a veinte minutos de la parada del teleférico, encontrará todo lo necesario para saciar su sed y su hambre. Bajo el sol o acurrucado en los sofás, disfrutará de un momento de intenso relajamiento. Y, sobre todo, no olvide mirar a su alrededor, disponemos de vistas de 360º a toda la región. ¡Mejor no perdérselo!
Se recomienda reservar.